Yo usaba a diario salvaslip porque los "necesitaba" pero frecuentemente sufría cistitis y picores. Se lo comenté a una amiga y me dijo que su ginecólogo era un furibundo detractor de los salvaslip porque creaban un "microclima" donde las bacterias y los hongos podían desarrollarse felízmente. Por mucho que digan que son transpirables, tienen una lámina de plástico detrás.
También lo consulté a mi ginecóloga y me contó que era cierto y que además hay muchísimas mujeres que tienen alergia a la celulosa. Entonces ¿por qué se consumen tanto?, pues porque generan la necesidad en tu cuerpo. Produces mucho flujo porque ese microclima lo fomenta y no puedes dejar de usarlo porque te sientes incómoda, vamos, un círculo vicioso.
Así que decidí romperlo... El primer mes sufres una especie de efecto rebote que yo en mi caso salvé llevando braguitas de repuesto en el bolso. Poco a poco te vas regulando, es cuestión de aguantar el tirón. Al final sólo necesitas protección los días previos al periodo, y para eso decidí hacerme unos salvaslips de tela, tomando como modelo los de plástico y añadiéndole unas alas de sujeción.
La pena es que no tengo el paso a paso porque los hice hace mucho tiempo. Básicamente corté varios moldes de tela de algodón y los cosí entre ellos para darles un poco de cuerpo. La parte de atrás la hice con una tela de cuadritos y le añadí unos broches para el cierre.
Hay muchas páginas y tutoriales en internet que muestran cómo hacer compresas de tela y salvaslips. También los puedes comprar en tiendas online de productos ecológicos, aunque son un poco caros.
Son lavables, tienen una vida útil bastante amplia y no generas residuos, pero lo más importante es que notas a partir del mes siguiente que no eres tan dependiente y reduces tus problemas "femeninos".
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