Mi niño (como todos supongo) crece a la velocidad del rayo y a veces la ropa casi no se deteriora. Éste vaquero se le quedó pequeño de un día para otro literal y tenía una pequeña rotura en la rodilla, así que no podía donarlo.
Recorté un margen para hacer una costura a máquina y ponerle una pequeña cremallera.
Rebuscando por los cajones, rescaté un cordón que ahora no recuerdo a qué pertenecía.
Una vez introducida dentro de los ojillos y anudada por dentro repasé las herramientas que es mejor tener a mano.
Y ya me lo puedo colgar al cuello para no tener que estar abriendo la mochila y buscando dentro cada cosa que pueda necesitar.
Así que antes de tirar un pantalón vaquero de niño a la basura echadle un ojo a ver si se le puede dar un último uso.
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